miércoles, 30 de junio de 2010

EL NARCO: LA GUERRA FALLIDA de Rubén Aguilar y Jorge Castañeda. (Resúmen completo).

Este libro maneja tres premisas fundamentales, contrarias a las que maneja actualmente el gobierno mexicano:

1.- El consumo de drogas se ha mantenido estable en Estados Unidos los últimos 50 años, al igual que en México y en ocasiones ha tenido disminuciones, además de que se ha visto que no es posible su erradicación de la población norteamericana, puesto que el marco jurídico y cultural del vecino país del norte, otorgan las libertades a sus habitantes, al igual que la libertad de poseer armas. Es una cuestión cultural, por lo que el gobierno norteamericano no se involucrará fuertemente en atacar su consumo.

2.- El consumo y tráfico de drogas debe ser tratado por el gobierno como un asunto de salud pública y no de seguridad pública; así lo contempla Estados Unidos y nosotros en afán de resultados positivos para México, debemos enfocarlo de la misma manera;

3.- La experiencia en otros países e incluso en el mismo México demuestra que se deben atacar los daños colaterales, las consecuencias. Atacar el consumo y el tráfico es ocioso, ya que ninguna de estas dos actividades se han incrementado de manera significativa en México, además de que somos uno de los países a nivel mundial, con menor consumo de drogas, por lo que esos no deben ser los objetivos a atacar, por el contrario, debemos enfocarnos en disminuir el número de crímenes causados por los conflictos entre carteles y entre estos y las autoridades policiales o del ejército, ya que esto ha incrementado fuertemente las muertes en nuestro país, sin verse reflejado en el tráfico dicho esfuerzo.

Los autores realizaron diversas investigaciones basadas en informes de organismos oficiales de nivel internacional, dedicados al estudio del consumo y venta de drogas y estupefacientes. En base a estas investigaciones nos presentan diversos datos duros que a lo largo del escrito, irán demostrando que el enfoque manejado por Felipe Calderón, los únicos logros que tendrá es el incremento de la violencia, una generalización de ésta y una ampliación de los daños colaterales, pero no logrará ni reducir el consumo, ni el tráfico.

Felipe Calderón sustenta su “guerra contra el narco”, como él mismo la ha denominado en 5 argumentos, que a lo largo del libro, los autores irán analizando , llegando a la conclusión de los 5 argumentos establecidos por el gobierno mexicano para atacar el narcotráfico, carecen de sustento y veracidad y por lo tanto, las acciones gubernamentales están condenadas al fracaso de los objetivos, pero peor aún, incrementarán la violencia en el territorio nacional, ampliándola no solamente a los delincuentes y las autoridades, sino también introduciendo a la sociedad civil en esta vorágine violenta, causando muertes y daños innecesarios.

Los 5 argumentos del ejecutivo mexicano son:

1.- Las drogas están llegando a tus hijos;
2.- El narcotráfico ha incrementado la violencia
3.- La penetración del narco en las altas esferas gubernamentales
4.- El tráfico de armas de Estados Unidos a México
5.- Actuar como lo hizo el gobierno colombiano

Estos argumentos quedarán como falsos o medias verdades una vez que se concluye la lectura del libro. La conclusión más importante a que se llega, es que esta guerra contra el narco es una estrategia política de Felipe Calderón, para buscarle legitimación a su gobierno, después de la inconformidad que la oposición manifestó por el proceso electoral del 2006.

Dicha conclusión es algo realmente aterrador, ya que nos dice que los más de 20,000 muertos que ha habido en México relativos a la guerra contra el narco, el incremento de la violencia generalizada, el daño que ha sufrido la imagen de México a nivel internacional, el gasto presupuestal y demás consecuencias, son debidas a una estrategia política, no a una auténtica preocupación oficial por el consumo y tráfico de drogas. Lo cual nos plantea un escenario en el que los ciudadanos estamos realmente desprotegidos, ubicados en medio de dos fuegos, fuegos atizados por el propio gobierno mexicano, de un lado la delincuencia organizada y de otro autoridades que solamente están buscando legitimarse y en medio la ciudadanía indefensa.

México sigue siendo la vía para llegar a Estados Unidos, no se ha convertido en un país de consumo, como nos quieren hacer creer las autoridades. Así lo demuestran las investigaciones realizadas por el propio gobierno, a través de organismos como el Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC) de la Secretaría de Salud.

El aumento del consumo de drogas que ha habido en México ha sido proporcional al crecimiento de su clase media, es decir, en términos relativos se ha mantenido estable, ya que como dicen los autores, desde 1995 las familias de clase media pasaron de 6 millones a 12 millones en el 2009, y en esta misma proporción es que el consumo aumentó, es decir, el aumento en la capacidad adquisitiva de la clase media se reflejó en el consumo, por lo que en términos absolutos hubo incremento, no así en términos relativos. México sigue siendo un país de bajo consumo. La ONU estima una prevalencia a nivel mundial promedio del 4.2% en consumo de drogas, México está en el 1.3%, es decir muy por debajo de la media internacional, por lo que el argumento del aumento en el consumo o de que están llegando las drogas a los jóvenes, es falso.

Por otro lado, los precios de la droga en México son tan bajos, que no es negocio comercializarla en nuestro país. El INFORME MUNDIAL SOBRE LAS DROGAS 2009 de la OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO, muestra que los precios han ido disminuyendo constantemente.

El discurso oficial constantemente recurre al argumento de que la tarea contra el narco es enorme porque en los gobiernos anteriores se actuó displicentemente. Cada sexenio tuvo su estrategia de combate a las drogas, nunca fue una guerra, y nunca hubo los niveles de violencia actual. Desde Echeverría con su Operación Cóndor, cada presidente ha establecido sus políticas públicas sobre la droga, hayan sido vigorosas o no tanto, no se ha demostrado que alguno de ellos haya tenido pactos tácitos o explícitos con los narcotraficantes. Además de que eran otros tiempos y otros niveles de comercialización, pero los niveles de consumo han ido decreciendo hasta el 2006, al igual que la violencia, pero ésta última sufre un fuerte repunte a partir del 2006.

La ciudadanía se siente más insegura ahora que antes, a pesar de eso, hasta el 2009, las encuestas nacionales mostraron que la principal preocupación de la gente es el aspecto económico y después el de seguridad, lo cual nos dice que el gobierno no está atendiendo las demandas ciudadanas, sino solamente sus propias estrategias. Por lo que hay una disparidad entre lo que necesita la población y los empecinamientos de Calderón.

De tiempo atrás las esferas gubernamentales han estado infiltradas por la delincuencia organizada, al igual que ahora, no es algo nuevo, sin embargo, la violencia no era de los niveles de ahora, por lo que vale la pena preguntar: ¿el incremento en la infiltración es proporcional al costo de la guerra contra el narco? o dicho de otra forma, ¿estamos teniendo alguna disminución en la infiltración del narco en el gobierno gracias a tantas muertes y a tanto costo económico de la guerra?.

Otro argumento que se esgrime constantemente es que es culpa de Estados Unidos que se estén infiltrando armas a México. Informes oficiales (CISEN) demuestran que solo el 20% de las armas que ingresan a México, legal o ilegalmente, provienen del vecino del norte. De este modo vemos que mientras se violenta la zona fronteriza norte en el país, con más muertes diariamente, las armas están ingresando a México por costas, frontera sur, pistas clandestinas, puertos y otros. Por tal razón, no se justifica la manera en que lugares como Ciudad Juárez han sido violentados debido a la guerra que se libra en esos lugares. De tal suerte que el “sellamiento” de la frontera norte ha sido un tremendo error, pues por ahí no están ingresando las armas y se ha despreciado la propuesta que hay de tiempo atrás, de que donde se debe aplicar el “sello” es en el Istmo de Tehuantepec y no en la frontera norte, lo que ha afectado en forma considerable el turismo y el comercio entre ambos países.

Así, los “sellamientos” deben ser aplicados en la zona sur del país y no dejar que circule la droga por todo el país y justo antes de pasar a Estados Unidos, armar ahí la guerra. Lo cual ha resultado altamente costoso para México y altamente ineficiente también. Al hacer los análisis costo-beneficio, vemos como la guerra de Calderón está mal implementada, lo cual ha dañado a México.

La legalización de las drogas que ya se hecho en otros países, muestra que el consumo no se incrementa y sí por el contrario, los precios de la droga disminuyen, lo que disminuye también la violencia entre carteles. Aunque a nivel cultural en México no hay apoyo a la legalización, se debe analizar a fondo sin satanizar, ya que legalizarla de algún modo, acarrearía una disminución en el tráfico y en la violencia.

Para finalizar, el combate y no guerra, se debe enfocar en la reducción de los daños colaterales, es decir, en la afectación a la sociedad. En la reducción de ejecuciones, decapitados, secuestros, balaceras, atentados y otros. Se ha visto que el consumo es algo con lo que hay que aprender a convivir, por eso se deben atacar las consecuencias que trae el consumo y tráfico de drogas.

Colombia lo hizo así y logró reducir considerablemente la violencia, no así las hectáreas de cultivo, que se han incrementado, sin embargo, la calma ahora reina en extensiones territoriales colombianas cada vez mayores.

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